Es cierto que he estado desaparecido, y pido todas las disculpas del caso. Entre pega, desaparece todo mi tiempo libre. Sin embargo, no puedo mantenerme al margen de los hechos que vienen aconteciendo desde principios de Mayo.

Un movimiento estudiantil, como no se veía hace más de 12 años, han logrado manifestaciones a lo largo del país, además del apoyo del colegio de profesores y los estudiantes universitarios. Hace muchos años que los conflictos del estudiantado no tenían la cobertura que hoy les entrega la prensa, y no es porque sí.

Entre mis recuerdos de juventud se cuelan las palabras del ahora Ex Presidente Freí Ruiz -Tagle, cuando dijo que la jornada escolar completa consistiría en clases por la mañana y talleres culturales y deportivos en las tardes, además se eliminarían las tareas para la casa. Pero esas palabras se las llevó el viento...

En cuanto a la LOCE, todos sabemos que transformó la educación chilena en un maldito negocio. Al que le interesa, es al sostenedor, cuya única preocupación es cobrar el cheque del apoderado el primer día habil de cada mes.

Entonces, cuando veo a los secundarios protestando y tomándose los colegios, me pregunto por qué no lo hicieron antes. Sin embargo, veo a los secundarios por la televisión y en mi trabajo y sé perfectamente que no están capeando clases ni mucho menos, sino que luchan por algo que consideran un derecho.

Ya que nuestros gobernantes se caracterizan por copiar modelos que se aplican en otros países, como el Transantiago y las autopistas concesionadas, podrían copiar el modelo educacional de Cuba (y eso que es un país mas pobre que el nuestro), que tiene la mejor formación de Latinoamérica.

En algunos países de Europa, la educación (tanto básica, media y universitaria) es gratuita, porque consideran que cultivar a sus habitantes es una inversión (no en vano tienen las mejores universidades). Curiosamente, son países mucho más desarrollados que Chile y la causa está más que clara. Le dejo la idea para que la piense, señora Bachellet. Dejemos de comprar barquitos y avioncitos, y gastemos la plata del cobre en mejorar la infraestructura de los colegios, en que la universidad pública efectivamente sea pública y así nadie que saque 700 puntos en la PSU no pueda estudiar por no tener los recursos, en sueldos más dignos para los profesores. Mejoremos la educación, señor Zilic, ¿cómo sabe si después hay menos flaites y disminuyen los niveles de delincuencia? He dicho.